¿Tu sueñas? ¡Espero que sí! Y cuando te pregunto esto, no me refiero a los sueños que todos tenemos en nuestras horas de descanso. Me refiero a aquello que anhelas en tu corazón para ti. Cuando hablo de sueños en este artículo, me refiero a aquellas aspiraciones que todos llegamos a albergar en nuestras mentes y que nacen dentro de nosotros cuando somos niños.

 

Muchos soñamos con ser bomberos, doctores, policías, actores de películas de acción o deportistas famosos. Pero cuando vamos creciendo algo pasa. La sociedad, nuestros padres, las personas que nos rodean, la televisión y nuestras vivencias diarias nos empiezan a meter miedo. Entonces, cuando nos atrevemos a expresar algún deseo, pronto llegan a nosotros las voces que nos desaniman, que nos dicen que seamos realistas, que eso no funciona. Empezamos a perder la confianza en nosotros mismos, en nuestras posibilidades.

 

¡Esto para mí es la mayor tragedia de la vida!

 

¿Porqué abandonamos nuestros sueños? Podemos analizar mil causas, pero la verdad es una: ¡Por MIEDO!

 

Miedo a fracasar, miedo a tener éxito y no saber cómo manejar las nuevas responsabilidades, miedo a lo desconocido, miedo al qué dirán, miedo a perder la esperanza (que a veces es lo único que tenemos), miedo a sentirnos incompetentes, miedo a perder dinero, miedo a perder la aceptación de los demás, etc.

 

Por favor, haz este ejercicio por unos 5 minutos. Respóndete a ti mismo: ¿Qué harías si no tuvieras miedo? ¿Qué harías si supieras que vas a lograr lo que te propongas? Sólo deja volar tu imaginación y ¡no tengas miedo de pensar!

 

Por ahí escuché decir a alguien que para ser feliz hay que ser valientes. Y yo creo en eso. Es muy cómodo seguir donde estamos, aunque esa situación nos lastime de alguna forma. Para cambiar y mejorar lo que ahora somos, hacemos y tenemos, hay que salir de esa zona de confort. Hay que atrevernos a hacer cosas que sabemos que podemos hacer pero que no nos atrevemos.

 

¡El miedo es una ilusión! Esta frase se la escuché a Michael Jordan. Y la creo. El miedo surge de nuestras creencias y en nosotros está la posibilidad de cambiar esas creencias.

 

Imagínate por un momento que tu sueño es ganar el doble de lo que ganas ahora trabajando desde tu casa. Ahora imagina que sabes lo que debes hacer: trabajar unas horas más después de tu horario habitual de tu empleo. Será difícil, habrá días que no lo querrás hacer, habrá momentos que será mucho más atractivo el sentarte frente al televisor con una cerveza en la mano y relajarte. El miedo a fracasar te dirá que no vale la pena el esfuerzo, que pudiera ser que todo tu trabajo no dará los frutos que persigues.

 

¿Qué harías? Mucha gente va postergando el inicio del cambio verdadero en sus vidas. Esa es una decisión de hecho. Una decisión basada en el miedo. Pero, ¿Qué harías si supieras que tienes el éxito garantizado? Es decir, si eliminas al miedo, te aseguro que tus acciones serían diametralmente opuestas.

 

El miedo nos controla. No dejes que eso te suceda a ti. El fracaso es parte del éxito. Sólo los que han fracasado varias veces, entienden que al final, el fracaso es sólo un paso que debemos dar para alcanzar nuestros más anhelados sueños.

 

Sólo piensa esto. Si no haces nada, si dejas pasar las oportunidades, no obtendrás lo que deseas. Si por el contrario, te atreves a hacer un cambio verdadero, lo más seguro es que algo ganarás. Quedarte estático no te produce ningún resultado. Actuar te dará seguramente un resultado. Y si tienes constancia, dedicación, pasión y fe, las probabilidades de que logres cumplir tus sueños se incrementarán enormemente.

 

¡No esperes llegar a tu último día de vida y arrepentirte por haber dejado pasar las oportunidades!